domingo, 29 de abril de 2012

BIBLIOTECA DEL SEXO - FASCÍCULO No. 11 LA FUERZA SEXUAL

Anhelamos dar algo que verdaderamente ayude a la humanidad a resolver uno de los problemas más intrincados de la vida en su parte sustancial como es la Sexualidad, por lo que no vacilamos en presentar en este Fascículo, el valor trascendente que posee la Fuerza Sexual,  para que nuestros lectores encuentren una orientación, un camino, una luz, que les indique la manera adecuada de vivir honestamente, sin causar daños a los demás o a sí mismo.  
         
Pero para aprovechar las valiosas enseñanzas es preciso huir de cánones y dogmas preconcebidos; buscar con ánimo resuelto lo esencial, sin reparar en la forma de expresión, franca, llana; sin eufemismos que puedan entorpecer el posible conocimiento. Los cientos de científicos que han aportado sobre esta temática han pasado luengos años en la semi-oscuridad de sus laboratorios, tratando de arrancar su secreto a la vida, sin escatimar sufrimientos, menosprecios y estigmas de toda clase, sólo con el ferviente anhelo de servir a sus semejantes. Son los sabios los verdaderos héroes humanos; son ellos los únicos merecedores de la venia reverente y del afecto sincero. Damos pues, a conocer el poder infinito que tiene la simiente humana, con el más vivo interés de que el lector (a) encuentre una interesante información en este campo de los laberintos del sexo, considerando hasta hoy como “TABÚ”. 
         
Le mostraremos, caro lector (a), físicamente lo que es esa fuerza sexual para darle una idea del poder que en ella reside: Entre las aves de corral todos conocemos al gallo y la gallina. También conocemos los gallos de pelea. Son de poco peso y de poco tamaño. El gallo de pelea requiere un adiestramiento especial; los galleros desde pequeño le ponen una cuerda y lo atan a una estaca o palo. El objeto de la amarrada es evitar que el gallo de pelea se una con hembras de su especie. Así crece el pequeño pollo hasta convertirse en gallo. Este pequeño animal  no conoce de transmutación, pero en cambio se opera en él la absorción de su propia simiente y con esa terrible fuerza se hace un coloso lleno de energía y valor. Cuando por cualquier motivo ese gallo de pelea, que a la fuerza lo han hecho abstemio, se mete en el gallinero donde hay un gallo fornicario, en minutos le da muerte, aun cuando pese 5 veces más que él. Es que el fornicario siempre será sucio, pestilente y cobarde. Todo animal fornicario es hediondo, aun las aves cuando son fornicarias como en el caso del gallo. Para ese coloso los hombres le hacen las galleras o lugares de luchas; allí pagan bien caro los que miran la pelea de esos guerreros hasta la muerte.  
         
Otro ejemplo: Los toros de lidia desde poca edad son separados de las hembras; ellos se hacen adultos sin tocar hembra; allí se opera también la absorción de su propio semen, porque esa bestia no conoce de trasmutación que es capacidad sólo del ser humano, de manera que aun siendo un acto enteramente animal, el beneficio que recibe aquel macho no tiene igual; se cría como una bella estampa, lleno de fiereza y agilidad; su pelo brilla y su costo supera al novillo  de mercado; los hombres le construyen circos que valen millones y cuando lidian a uno de esos colosos, las gentes pagan lo que les pidan por verlos morir como valientes. 
         
Otro caso: A los caballos de carrera, se les llama potros y potrancas porque jamás los juntan con yeguas o caballos. Esta bestia tampoco conoce de transmutación y sólo opera en ellos la absorción de su propia simiente, es decir, un acto enteramente animal similar al de la eyaculación, y sin embargo, la bestia se embellece, su pelo brilla, su estampa es colosal. Los grandes criadores saben que el caballo pierde su materia seminal con la erección y entonces le ponen en el glande o cabeza del pene, un aro de plata que evita que el animal llegue a la erección y por consiguiente, pierda su materia seminal. Esto lo tienen los grandes criadores como un secreto indecible. A estos colosos, que a fuerza les hacen no perder su simiente, los hombres les construyen costosos hipódromos donde se cobran grandes sumas para poderlos mirar, y millones de hombres en el mundo están pendientes de sus favoritos y hacen apuestas cuantiosas; todo ello es obra de esa terrible fuerza sexual, que nosotros estamos empeñados en que no la pierdan los buenos y mansos que viven botando lágrimas, porque no saben que son “dioses” en potencia.  
         
“Si los hombres supieran lo que van a perder cuando van a fornicar, en lugar de ir riendo irían llorando”, siempre nos ha dicho el V. M. SAMAEL AUN WEOR. Para entender esto veamos lo que le pasa a un animal cualquiera: tomemos al caballo del cual estamos tratando; cuando este animal dura tan solo una noche en connubio con una yegua, al día siguiente no rinde trabajo, se llena de sudor y no puede con un hombre que pesa 8 veces menos que él; el caballo como animal que es, produce fuerza, y si con el solo contacto de una noche pierde su fuerza, ¿qué no acontecerá con el ser humano que queriendo sobrepasar a la bestia pierde su fuerza todas las noches?  
         
El hombre produce fuerza moral, pero esta fuerza también se pierde con la fornicación. He ahí porqué hay tanta irresponsabilidad moral y los señores moralistas fornican en privado y escriben libros y nuevos textos sin saber dónde es que se encuentra el mal. 
         
Si un solo espermatozoide tiene el poder de crear un cuerpo tan perfecto como es el vehículo humano de carne y hueso, ¿qué no haremos nosotros con los millones que nos reservamos para darnos luz y sabiduría a nosotros mismos cuando no derramos en un acto de placer sexual las secreciones sexuales? Y por favor: No confunda el placer sexual con el gozo sexual… 
         
Hoy día algunos sexólogos nos hablan sobre la idea, que para muchos les parece extraña, de que las relaciones matrimoniales puedan convertirse en un medio eficaz, para la renovación de la juventud. Pero si conocemos a qué se están refiriendo estos científicos notaríamos que estas relaciones se practican de acuerdo con cierta técnica y llenan a cabalidad todos los requisitos de una unión sexual humana alejada de las bestialidades sexuales, se comprobará que tal idea no ha sido traída de tan lejos. El requisito más importante es la cópula o unión sexual sin derramar jamás la energía sexual o esperma, ni dentro de la vagina, ni afuera, ni en ningún lado. 
         
Una prueba experimental del nuevo método, verificada en las condiciones que adelante se anotan, llevará a una renovación de vitalidad juvenil, de ardor, de intensidad en el afecto, retardará considerablemente el proceso de envejecimiento, quizá haciéndolo retroceder, y convertirá al matrimonio en una perpetua luna de miel, no afectada por el transcurso de los años.  
         
Aquellos cuyos fuegos amorosos han descendido a la más ínfima expresión (por una desacertada técnica anterior), hallarán la manera de provocar la llama y encenderla hasta alcanzar la primitiva fogosidad. Y volverán a ser los enamorados de antes, llenos de optimismo, de experiencias y de amor mutuo y a la vida. 


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jueves, 26 de abril de 2012

BIBLIOTECA DEL SEXO - FASCÍCULO No. 10 CONTROL DE FECUNDACIÓN POR JOHN NOYES


John Humprey Noyes descubrió desde hace más de un siglo un método de control de fecundación, lo puso a prueba y realizó así uno de los experimentos más significativos de la humanidad, en asuntos eugenésicos en los tiempos modernos. 
        
Empero, ¿qué es el nuevo descubrimiento de control de nacimientos de Noyes y cómo llegó a descubrirlo? Ocurrió de la siguiente manera: Noyes contrajo matrimonio en el año de 1838 y vivió en la rutina matrimonial acostumbrada  hasta 1844. Fue durante este período cuando por una experiencia demasiado dolorosa, hubo de dedicarse al estudio de cuestiones sexuales; estudio que lo condujo al descubrimiento del método que tanto bien puede hacer a la humanidad. En el transcurso de los primeros seis años, su esposa pasó por las agonías de cinco partos, de los cuales cuatro fueron prematuros; sólo un niño vivió. Noyes investigó por todos los medios a su alcance la posibilidad de evitar la concepción. Le era conocido el antigua método de Onán (retirada), lo mismo que las advertencias francesas de la anticoncepción; pero considerando ambos como altamente nocivos para la salud, se decidió a no usarlos. 
        
Después de la última desgracia, él empeñó su palabra a su esposa de que jamás volvería a exponerla a dolores infructuosos. Resolvió vivir separado de ella antes de que faltara a su compromiso. Tal era su situación en 1844. Entonces empezó a llegarle la idea de que es posible gozar de la asociación sexual sin exponer a la mujer a los peligros de la fecundación. Meditaba sobre la manera de experimentar el necesario gozo sexual sin la descarga seminal. Entonces concibió la idea de que los órganos sexuales tienen dos funciones: una procreativa que encierra el orgasmo y por lo tanto la eyaculación,  y la otra de carácter afectivo meramente, la cual no requiere la conclusión del acto procreativo. Pero pensaba él, debería ser posible separar estas dos funciones y reservar cada una de ellas para su momento oportuno. Experimentó con esta idea y encontró que no era tan difícil el control de sí mismo, que era lo indispensable, y que el gozo aumentaba. También pudo comprobar que las experiencias de su esposa eran muy satisfactorias, tanto como nunca anteriormente y más que todo evitó la fecundación involuntaria. Este nuevo descubrimiento según él, fue la "Gran liberación". Comunicó sus experiencias a un amigo y él también comprobó igual satisfacción. 
        
Durante dos años se dedicó a experimentar  y a estudiar los detalles esenciales y los aspectos del nuevo descubrimiento. Por fin lo anunció al mundo en un folleto titulado "Continencia Masculina o Dominio de Sí Mismo en el Coito". Las ideas esenciales que Noyes presentó en su folleto fueron las siguientes: Hay dos métodos de unión sexual; el primero es el acto animal de la copulación, que conduce necesariamente a la fecundación; el segundo es de carácter netamente afectivo, inhibe la eyaculación y preserva naturalmente del embarazo. 
        
Hay un gravísimo error en confundir estos métodos; el primero debe reservarse para su  misión natural, para sus fines legítimos: la concepción. Cuando no se desea la concepción no se debe celebrar el acto particular destinado a efectuarla. Sin embargo, puede efectuarse la unión sexual que produce un alegre intercambio de magnetismo, que puede sostenerse sin llegar al orgasmo. El arte de inhibir el orgasmo pueden adquirirlo y cultivarlo todos los que realmente lo deseen; el medio seguro consiste en no seguir con el ímpetu de la excitación inicial, porque en estas circunstancias sí es peligroso evitar el orgasmo, puesto que éste sobreviene cuando las arterias y las venas de los órganos sexuales están repletas, con el aflujo de sangre.

De ahí puede deducirse que si se logra dominar el impulso nervioso, evitando el aflujo de sangre a dichos órganos, no se secretará fluido seminal. Los deseos sexuales son causados por la presión de la sangre extra en dichos órganos generadores y por la presión del fluido seminal acumulado, lo cual queda demostrado por el hecho de que el deseo puede presentarse y desaparecer enseguida y repentinamente produzca ninguna secreción, aparte de que dicho deseo se encuentra presente dentro de la mujer, como en el hombre, y continúa subsistiendo después que las respectivas glándulas han perdido su poder de secreción debido a la vejez. 
        
La expulsión del semen por el hombre en lugar de ser necesario para el goce carnal, obra en sentido opuesto por su efecto de acabar inmediatamente con la vitalidad y el impulso generador, llevando a fin prematuro las relaciones. Reteniendo el flujo seminal se alcanza un grado de placer más intenso, prolongado cuanto se desee y en condiciones de volver a empezar cuando se quiera. Después de haberse acostumbrado a la práctica de evitar el orgasmo, es tan sencillo realizar la unión como lo es la que lleva a la concepción.  
        
Las críticas a este método vinieron de quienes lo intentaron y por falta de voluntad fracasaron. Se enfatiza que sólo es posible realizar la práctica mientras la excitación no sea demasiado violenta y obrando con lentitud no se llega a este fin. A los pocos minutos de haber empezado en la forma indicada comenzará a sentirse  una grata y profunda sensación, que envuelve a los seres en un prolongado gozo sexual.
        
Noyes reunió a sus partidarios en una comunidad que se estableció en Oneida, en el estado de Nueva York. Allá, más de doscientos cincuenta de sus discípulos practicaron su nuevo método de control de fecundación, por más de treinta años, con cuidadosas anotaciones sobre sus efectos para la salud, su vitalización, el tipo de niños nacidos, etc. Los resultados del experimento fueron altamente satisfactorios desde el punto de vista de su eficacia como medida del control de fecundación, resultó superior a todos los otros hasta la fecha propuestos, pues en este grupo citado que no practicó ningún sistema anticoncepcional, ni tuvo en cuenta ningún período, no se presentaron concepciones accidentales durante los treinta años y el número predeterminado de niños consciente y científicamente procreados suben al número de sesenta en tres décadas.  
        
Abortos no se presentaron y niños degenerados o defectuosos y niños en cualquier sentido, no hubo; por el contrario, fueron física y mentalmente muy superiores a sus padres y varios de inteligencia extraordinaria, verdaderamente genial. 
        
Estudios médicos comprobaron que a la inversa de la anticoncepción que produce serias perturbaciones, este sistema produce una alta vitalidad, una fuerza de resistencia increíble, una lucidez mental fuera de lo común y procreaciones a voluntad; hijos engendrados con conciencia y amor. La mayoría de la humanidad es concebida por placer; esto es, los padres no piensan en esos momentos más que en satisfacer sus necesidades fisiológicas, la criatura que puede resultar como consecuencia de estos momentos de lujuria los tiene sin cuidado. Algún escritor colombiano fue duramente criticado porque escribió: "mi padre me engendró por placer y mi madre me parió por deber"; y verdaderamente este escritor hablaba con conocimiento de causa.  


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miércoles, 25 de abril de 2012

BIBLIOTECA DEL SEXO - FASCÍCULO No. 9 CÓMO APRENDER A VIVIR SEXUALMENTE

La fantasía sexual produce impotencia de tipo psico-sexual. Esa clase de enfermos tienen erecciones normales, son hombres aparentemente normales, pero en el instante en que van a efectuar la conexión del miembro y la vulva, la erección cede cayendo el falo, y quedando en el más horrible estado de desesperación. Ellos han vivido en la fantasía sexual y cuando realmente se hallan ante la cruda realidad sexual que nada tiene que ver con la fantasía, entonces quedan confundidos y no son capaces de responder a la realidad como es debido.  
         
El sentido sexual es formidablemente sutil y tremendamente rápido, gracias a su energía finísima e imponderable. El nivel molecular donde actúa el sentido sexual, es millones de veces más rápido que las ondas del pensamiento. La mente lógica y la fantasía son piedras de tropiezo para el sentido sexual. Cuando la mente lógica con  todos sus razonamientos, o cuando la fantasía sexual con todas sus ilusiones eróticas quieren controlar el sentido sexual o encauzarlo dentro de sus ilusiones, entonces es destruido fatalmente. La mente lógica y la fantasía sexual destruyen el sentido sexual cuando intentan ponerlo a su servicio. La impotencia psico-sexual es la tragedia más espantosa que puede afligir a los hombres y a las mujeres fanáticas o a las gentes de tipo puramente razonativo.  
         
El ser humano debe aprender a vivir sexualmente. La energía sexual es la energía más fina del cosmos infinito. La energía sexual es realmente y sin duda alguna, la energía más sutil y poderosa que normalmente se produce y conduce a través del organismo humano. Todo lo que es el hombre, incluyendo las tres esferas del pensamiento, sentimiento y voluntad, no es sino el resultado exacto de las distintas modificaciones de la energía sexual.  
         
Debido al aspecto tremendamente sutil y poderoso de la energía sexual resulta ciertamente difícil el control y almacenamiento de  esta energía. Además, su presencia representa una fuente de inmenso poder, que si no se sabe manejar puede llegar a producir una verdadera catástrofe.  
         
Existen en el organismo ciertos canales por donde normalmente debe circular esta poderosa energía. Cuando esta energía llega a infiltrarse en el delicado mecanismo de otras funciones como la Intelectual, la Emocional, la Motora y la Instintiva, entonces el resultado violento es el fracaso. En este caso se dañan muchos centros delicadísimos del organismo humano, y el individuo se convierte de hecho en un Infrasexual.  
         
Toda actitud mental negativa puede conducir directa o indirectamente a estas catástrofes violentas y destructoras de la energía sexual. El odio al sexo, el odio al Suprasexo, el asco o repugnancia por el sexo, el desprecio al sexo, la subestimación del sexo, los celos pasionales, el miedo al sexo, el cinismo sexual, el sadismo sexual, la obscenidad, la pornografía, la brutalidad sexual, etc., etc., convierten al ser humano en infrasexual.  
         
La sexualidad trascendente es la función creadora por la cual el ser humano es un verdadero Hombre y no un animal pasionario. La sexualidad normal resulta de la plena armonía y concordancia de todas las demás funciones. La sexualidad normal nos confiere el poder de crear hijos sanos, o de crear en el mundo del arte, o de las ciencias. Toda actitud mental negativa hacia el sexo produce infiltraciones de esta poderosa energía en otras funciones, provocando pavorosas catástrofes cuyo fatal resultado es la Infrasexualidad.  
         
Toda actitud negativa de la mente fuerza a la energía sexual y la obliga a circular por canales y sistemas aptos sólo para las energías mentales, volitivas, o cualquier otro tipo de energías menos poderosas que la energía sexual. El  resultado es fatal porque esa clase de 
canales y sistemas, no pudiendo resistir el tremendo voltaje de la energía poderosísima del sexo, se calientan y funden como un cable demasiado delgado y fino cuando pasa por él una corriente eléctrica de alta tensión.  
         
No sólo se pierde físicamente esta energía cuando se derrama a través del espasmo o del orgasmo; existe también pérdida de la simiente cuando nos ocupamos en conversaciones de tipo lujurioso; cuando leemos revistas pornográficas; cuando asistimos a salones de cine donde exhiben películas pornográficas, etc., en todo esto se consumen enormes reservas de energía sexual. Esas pobres gentes utilizan el material más fino y delicado del sexo, gastándolo miserablemente en la satisfacción de sus brutales pasiones mentales.  
         
Conforme el acto sexual se prolonga, a medida que aumentan las caricias deliciosas del éxtasis adorable, se siente una voluptuosidad espiritual encantadora. Entonces la pareja se carga de electricidad y magnetismo universal, terribles fuerzas cósmicas se acumulan en el fondo del Alma, centellean los Plexos Nerviosos, las fuerzas  misteriosas de la Gran Madre Cósmica circulan por todos los canales de nuestro organismo.  
         
El beso ardiente, las caricias íntimas, se transforman en notas milagrosas que resuenan conmovedoras entre el aura del Universo. No tenemos cómo explicar aquellos momentos de gozo supremo. Se avivan los fuegos del corazón y centellean llenos de majestad en la frente de los seres unidos sexualmente, los rayos terribles del Padre.  
         
Si el hombre y la mujer saben retirarse antes del espasmo, si tuvieran en esos momentos de gozo delicioso fuerza de voluntad para dominar al ego animal, y si luego se retirasen del acto sin derramar sus secreciones sexuales, ni dentro de la matriz, ni fuera de ella, ni por los lados, ni en ninguna parte, habrían cometido un acto de Suprasexualidad.  
         
Pero cuando derramamos las secreciones sexuales, Cupido se aleja llorando, se cierran las puertas del Edén, el amor se convierte en desilusión, viene el desencanto, queda la negra realidad de este valle de lágrimas. Cuando sabemos  retirarnos antes del espasmo sexual, despierta el Fuego del Amor con todos sus mágicos poderes.  
         
No confundas hombre enamorado, el amor con la pasión. Auto-analízate profundamente. Es urgente saber si ella te pertenece en espíritu. Es necesario saber si sois completamente afín con ella en los tres mundos de pensamiento, sentimiento y voluntad. El adulterio es el resultado cruel de la falta de amor. La mujer verdaderamente enamorada preferiría la muerte antes que el adulterio. El hombre que adultera no está enamorado.  
         
EL AMOR ES TERRIBLEMENTE DIVINO. LA BENDITA DIOSA MADRE DEL MUNDO ES ESO QUE SE LLAMA AMOR.

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martes, 24 de abril de 2012

BIBLIOTECA DEL SEXO - FASCÍCULO No. 8 LA INFRASEXUALIDAD

La Infrasexualidad está constituida por dos grupos de gentes que se combaten mutuamente, pero tienen en común la degeneración sexual. 
         
En el primer grupo encontramos aquellos que odian el sexo; como los monjes, anacoretas, predicadores de sectas tipo pseudo-esotérico, pseudo-yoguines que aborrecen el sexo, monjas, etc., etc. Todas estas gentes Infrasexuales, por el hecho mismo de ser Infrasexuales, suelen ser afines con gentes homosexuales y lesbianas. Así no es difícil hallar el homosexualismo metido en muchos conventos, religiones, sectas y escuelas de tipo pseudoesotérico. Sin embargo, y esto es para tener mucho cuidado, los Infrasexuales se consideran a sí mismos como gente de tipo inmensamente superior a las personas de sexo normal y las consideran inferiores.  
         
Todos los tabúes y restricciones, todos los prejuicios que actualmente condicionan la vida de las personas de sexo normal, fueron firmemente establecidos por los Infrasexuales. 
         
En nuestra misión de divulgación de la Enseñanza Gnóstica, hemos tenido oportunidad de estudiar a los Infrasexuales. A menudo los oímos diciendo frases como las siguientes: “Vosotros los gnósticos sois egoístas porque a todas horas estáis pensando únicamente en vuestra Magia Sexual”; “Sois unos fanáticos del sexo”; “La Magia Sexual es puramente animal”; “El sexo es algo muy grosero; yo soy espiritualista y aborrezco todo lo que sea materialista y grosero”; “El sexo es inmundo”; “Existen muchos caminos para llegar a Dios”. “Yo vivo únicamente para Dios y no me interesan esas porquerías del sexo”. “Yo sigo la castidad y aborrezco el sexo”, etc., etc. Este es precisamente el lenguaje de los Infrasexuales.  
         
Siempre auto-suficientes; siempre con el orgullo de sentirse superiores a las personas de sexo normal. Una mujer infrasexual que odiaba al marido nos dijo: “Yo Magia Sexual sólo la practicaría con mi Guía Espiritual”. Esta frase la dijo en presencia de su marido. Aquella mujer no tenía relación sexual con el marido dizque porque odiaba el sexo; sin embargo, aceptó practicar Magia Sexual pero únicamente con su Gurú. Ella tenía afinidad con el supuesto Guía de su Alma porque éste era también Infrasexual.  
         
Esta clase de Infrasexuales se distinguen  por su crueldad. La psicología de esta esfera tiene variados aspectos: monjes y monjas que odian el sexo; homosexualismo en los conventos; homosexualismos fuera de toda vida monacal; abortos provocados; gentes que gustan de la masturbación; gentes criminales del lupanar; gentes que gozan torturando a otros. En esta esfera hallamos los crímenes más horribles que registran las crónicas de policía. Horribles casos de sangre, crímenes de origen homosexual. Espantoso sadismo. Homosexualismo en las cárceles. Homosexualismo entre mujeres. Espantosos criminales mentales. Aquellos que gozan haciendo sufrir al ser que aman. Infanticidios horribles. Parricidios, matricidios, etc., etc. Gentes pseudo-ocultistas que prefieren sufrir de poluciones nocturnas antes que casarse. Gentes que odian mortalmente el Arcano A.Z.F., y el Matrimonio Perfecto. Gentes que creen llegar a Dios odiando el sexo. Gentes anacoretas que aborrecen el sexo, y que lo consideran como vulgar y grosero 
         
En el otro grupo de Infrasexuales encontramos a las personas que seducen con el encanto de su belleza maligna. En esta esfera hallamos a todos los Juan Tenorios y doñas Ineses. En esta esfera se desenvuelve el mundo de la prostitución. Los Infrasexuales de Nahemah se sienten muy hombres. En esta esfera viven aquellos  que tienen muchas mujeres. Ellos se sienten felices en el adulterio. Se creen muy hombres, ignoran que son Infrasexuales.  Aquí encontramos a millones de prostitutas. Aquí hallamos elegantes señoras de alta posición social, éstas son felices en el adulterio. Ese es su mundo.
         
En este grupo encontramos dulzura que conmueve el Alma: Virginidades que seducen con el encanto de sus ternuras; mujeres bellísimas que  corrompen; varones que abandonan sus hogares hechizados por el encanto de esas beldades preciosísimas; embelesos indescriptibles; pasiones incontenibles, salones preciosísimos, elegantes cabarets, lechos mullidos, bailes deliciosos, orquestas del abismo, palabras de romance que no se pueden olvidar, etc., etc.  
         
Algunos de estos Infrasexuales a veces aceptan el Suprasexo, la Sexualidad trascendente, pero fracasan porque no logran evitar la eyaculación del “Ens Seminis”. Y por lo general se retiran hablando horrores contra esta práctica. Los hemos escuchado diciendo: “Yo practiqué Magia Sexual y a veces logré sostenerme sin derramar el semen. Era yo un animal gozando de las deliciosas pasiones del sexo”. “Yo fui estudiante gnóstico”. Y después de retirarse buscan refugio en alguna seductora doctrina. Ese es su mundo Infrasexual.  
         
Los habitantes Infrasexuales de esta esfera son delicadísimos. Ellos son los que dicen frases como éstas: “la ofensa se lava con sangre”.  “Maté por honor de hombre”. “Mi honor desairado”. “Soy un marido ofendido”, etc.  
         
Este tipo de Infrasexual es aquel que se juega la vida por cualquier dama. El tipo pasional, amante del lujo, esclavo de los prejuicios sociales, amigo de borracheras, banquetes, fiestas, modas elegantísimas, etc., etc.  
          
Esta gente considera el “Coito Reservatus” como algo imposible, y cuando lo aceptan, duran muy poco en esta senda porque fracasan. Este tipo de gentes gozan bestialmente en el sexo. Cuando este tipo de gentes aceptan el Suprasexo, lo utilizan para gozar de la lujuria, y tan pronto encuentran alguna seductora doctrina que les brinde refugio, entonces se retiran de la Suprasexualidad.  
         
Algunas veces encontramos tipos místicos en esta esfera Infrasexual. Estos no beben, ni comen carnes, ni fuman o bien son muy “religiosos” auncuando no sean vegetarianos. El tipo místico de este grupo es pasional en secreto. Goza  violentamente en las pasiones sexuales auncuando después esté pronunciando terribles sentencias contra la pasión sexual. A veces aceptan el Suprasexo, pero se retiran al poco tiempo cuando hallan alguna consoladora doctrina que les diga frases como éstas: “Dios dijo: creced  y multiplicaos”. “El acto sexual es una función puramente animal y la espiritualidad nada tiene que ver con este acto”, etc., etc.  
        
Entonces el Infrasexual de esta esfera encontrando justificación para eyacular el semen, se retira para entregarse al placer animal… 

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BIBLIOTECA DEL SEXO - FASCÍCULO No. 7 DOS CAUSAS DEL ADULTERIO

El sexo, en sí, es el centro de gravedad de todas las actividades humanas; alrededor del sexo giran todos los aspectos sociales de la vida. Veamos, por ejemplo, un baile, una fiesta: alrededor del sexo gira toda la fiesta; en un café gira todo alrededor del sexo... Hoy en día, el sexo comienza a ser estudiado por algunos sabios con propósitos trascendentales. Desafortunadamente y en verdad, abunda mucho la pornografía, que desvía al sexo hacia actividades meramente sensuales. 
         
En el ser humano hay cinco centros o funciones psicológicas fundamentales: primero que todo, el Intelectual, que es el que más utilizamos para el estudio; segundo, el emocional, que lo tenemos en el corazón y plexos nerviosos; tercero, el motor, que está en la parte superior de la espina dorsal; cuarto, el centro instintivo, que está en la parte inferior de la espina dorsal; y quinto, el sexual, localizado en los órganos generadores. Estos cinco centros son esenciales para todas las actividades humanas. No hay centro más rápido que el centro sexual. 
         
Un varón, por ejemplo, ve una mujer, y en milésimas de segundos sabe si se complementa con él o no; si exactamente está de acuerdo con la  “onda” que él lleva o no. Empero, eso es cuestión de milésimas de segundo. Cualquier puede constatar eso cuando se encuentra frente a frente con una persona del sexo opuesto, llega a saber instintivamente, instantáneamente, si está de acuerdo con la “onda” del sexo opuesto o no. ¡Eso es rapidísimo! De manera que el centro sexual nos permite registrar con rapidez inaudita al otro polo; es el centro más veloz que nosotros poseemos. 
         
Pero entremos en factores un poco más detenidos. Muchas veces un hombre vive con una mujer, la quiere; sin embargo, nota que algo le falta. ¿Qué le falta? Puede suceder que con la mujer que está no se sienta completo. Puede ser que ella llene las actividades del centro emocional (posiblemente), pero tal vez no se complemente con él mentalmente; o tal vez, sexualmente no se complemente con ese varón; y al encontrar él por ahí otra dama, puede ocurrirle que con ésta otra sí se complemente con él, y luego viene eso que se llama “adulterio”. 
         
Nosotros no alabamos el adulterio, porque eso sería absurdo y va en contravía a nuestros valores espirituales, pero sí vemos las causas del adulterio. 
         
Muchas veces, uno de la pareja no consigue complementarse, en los cinco centros, totalmente con el otro, entonces, posiblemente encuentre complementación con otra persona y de allí deriva eso que se llama “adulterio”. Pongamos que, emocionalmente, un hombre se complementa con una mujer, pero sexualmente no. Puede darse el caso que encuentre una dama con la que si se complemente sexualmente. Supongamos que un hombre se complementa con una mujer mentalmente pero emocionalmente no. Puede darse el caso que encuentre una dama con la que venga a complementarse emocionalmente. 
         
Puede suceder que en el mundo de los hábitos, no se complemente un hombre con su mujer. Puede suceder que se encuentre también en el mundo de los hábitos relacionados con el centro motor, otra mujer con la que sí se complemente, con la que tenga afinidad. Esa es la causa intrínseca de tantos y tantísimos adulterios que dan origen, pues, a los divorcios. 
         
Reiteramos: No alabamos el adulterio; pero como estamos estudiando la cuestión sexual, es obvio  que no podemos dejar pasar por alto esta cuestión del adulterio. 
         
Nosotros sabemos que lo mejor para un varón es encontrar una mujer que se complemente con él en lo intelectual, en lo emocional, en el centro motor o mundo de los hábitos, en el centro de los instintos y en el sexo, es decir, la pareja ideal, la pareja perfecta. Y conocemos también, que lo ideal para una mujer sería encontrar un varón con el que se complemente totalmente; entonces habría verdadera felicidad. 
         
Otro de los motivos graves, como para que no pueda existir la felicidad en el Matrimonio, es la cuestión de los temperamentos: Un varón de temperamento ardiente, es imposible que pueda ser feliz con una mujer que parezca una mole  de hielo; sencillamente no. El hecho mismo de tener que ir a besarla y en el momento del beso, se encuentra con que ella no tiene ganas de besos, eso es gravísimo. Ahora, ¿qué diríamos durante la cópula, en el momento de copular una mujer “helada”? 
         
Acordémonos de los momificadores  egipcios: Resulta que en el viejo Egipto de los Faraones habían lugares de momificación; lugares de inmundicia donde arreglaban cadáveres para momificarlos, y quienes trabajaban en ese lugar de momificación, pues, olían inmundo por doquiera que pasaban. Y ninguna mujer gustaba de esa clase de hombres que olían tan feo (y claro, olían a podredumbre), metidos entre la podredumbre... ¿Saben usted, caro lector (a), lo que hacía esa clase de momificadores? Copulaban con los cadáveres de las hembras que traían ahí. ¿Le parece a usted muy agradable eso, copular con difuntas? 
         
Pues bien, ¿qué diría usted de un hombre de temperamento ardiente que tenga que copular con una mujer de “hielo”, con un “cadáver”? Eso resulta espantosamente horrible. También es muy cierto y de toda verdad, que existe el temperamento bilioso: gente pesada, torpe. Una mujer, por ejemplo, de carácter pesado, torpe en sus movimientos, es obvio que no pueda entenderse con un hombre de temperamento nervioso. ¡Imposible! Aun es imposible también, que un hombre de temperamento nervioso pueda entenderse con una mujer completamente ardiente. 
         
Así que la cuestión de los temperamentos es muy importante. No solamente se necesita que haya correlación entre los distintos centros: intelecto, emoción, movimiento, instinto y sexo, sino que haya temperamentos afines. Sólo así, habiendo temperamentos afines y perfecta interrelación entre los distintos centros, puede haber una auténtica afinidad, lo cual daría felicidad.  
         
Por lo tanto, para que exista, para que haya amor en una pareja de enamorados se necesita una verdadera comunión de Almas en las tres esferas de pensamiento, sentimiento y voluntad.  Cuando los dos seres vibran afines en sus pensamientos, sentimientos y voliciones, entonces el Matrimonio Perfecto es un hecho maravilloso.  
         
El Matrimonio Perfecto debe efectuarse en  los siete planos de conciencia cósmica. Existen matrimonios que no llegan ni siquiera hasta el plano emocional; entonces no existe ni siquiera la atracción sexual; esos son verdaderos fracasos. Esa clase de matrimonios se fundamentan exclusivamente en la fórmula matrimonial.  

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BIBBLIOTECA DEL SEXO – FASCÍCULO No. 6 EXTREMOS DE LA SEXUALIDAD

Desde un punto de vista netamente científico, se debe a Sigmund Freud y sus continuadores los primeros estudios y, principalmente, la primera noción acerca de la importancia de la sexualidad en el comportamiento humano y la obra de este grupo de investigadores ha estimulado el estudio de los tabúes sexuales en forma seria, como así también el de otros aspectos de la vida social que tienden a identificar la vida sexual de los humanos con lo obsceno, degradante y digno de menosprecio, con  lo que debe vivirse oculto vergonzosamente en las sombras.  
         
El esfuerzo de estos hombres ha dado como resultado un gran adelanto en lo que respecta a la apreciación más natural y decorosa de la función sexual, conducir al estudio de los distintos métodos físicos para alcanzar el placer en el acto sexual. Quienes hayan acusado a Freud de haberse propuesto deliberadamente hurgar y descubrir todas las dimensiones del mundo del sexo no han hecho sino mostrar más objetivamente sus complejos, pasiones, y temores al sentirse de pronto desnudos y descubiertos frente a la irrupción de una ciencia sexual; pero gracias a esta ciencia podemos hoy analizar, como pretendemos hacer en esta obra, el comportamiento sexual del hombre acorde con bio-psicología y la doctrina secreta del Cristo, expresada en la Biblia. Debido a estas investigaciones Freudianas, nuestra sociedad ha ido percatándose cada día más que la sexualidad es una función vital que supera a todas las demás (respiración, alimentación, micción, etc.), en cuanto repercute más ampliamente sobre la esfera psíquica del individuo. Es imposible negar el gran influjo de la sexualidad en la vida humana, y ninguno de nosotros es ajeno a esa influencia; pero a pesar de ello, a lo largo de nuestra civilización hemos ido encubriéndola y adornándola muchas veces con creencias falsas que han conseguido desvirtuarla.  
         
La sexualidad ha sido reprimida a través de los siglos en forma fatal gracias a la absurda concepción de que cualquier estímulo sexual es pecaminoso y se creó en el ser humano el continuo temor de caer en el pecado sexual, hasta el extremo de que el sexo se convirtió en un tabú del que no puede liberarse, que ha originado numerosas desviaciones sexuales que pasaron inadvertidas y que, gracias al puritanismo morboso creado en la psiquis humana ha conducido a reacciones contraproducentes.  
         
En esta distorsión del significado de la vida sexual los religiosos tienen que cargar en gran medida con la culpa; no solo los miembros de la religión cristiana, sino de todos los credos importantes que han sido abrazados por la humanidad. Todos ellos, reconociendo la fuerza del sexo como la energía vital de la vida misma, han perseguido el logro de su control absoluto sobre las costumbres sexuales de la humanidad, para con ello controlar a sus adherentes humanos; de ahí la importancia primordial de los tabúes sexuales en toda teología organizada.  

Aun cuando no podemos negar que fueron los desviados del cristianismo los que llevaron a extremos grotescos la convicción de que sexo y pecado son expresiones sinónimas.  
         
Verdaderamente la actitud de la sociedad frente al problema sexual ha sido de extremismos incontrolables y no ha sabido buscar un justo equilibrio entre la importancia conocida, y fácilmente demostrable, del sexo en nuestra vida y de nuestra actitud hacia él. En efecto, si a fines del siglo pasado y comienzos de este la escasa pedagogía sexual se dirigía a sofocar las manifestaciones del instinto sexual, como si se tratara de una enfermedad maligna y no de la fuente eterna de vida, por el contrario en nuestros días se ha dedicado a exaltar el desenfreno del instinto sexual, induciéndolo desbocadamente por los cauces de la degradación y degeneración con la complacencia de todos los estamentos sociales y de todos los grupos educacionales que, en aras de una justa libertad, conducen a las nuevas generaciones hacia el abismo del libertinaje.  
         
Si antiguamente los moralistas nos hablaban solamente que el sexo era pecaminoso y nos señalaban los abismos de degradación a que inducía  casi el solo nombrarlo, y los médicos nos pintaban los peligros sobre la salud que representaban las infecciones nacidas a la sombra del comercio sexual, tratando de reprimirlo, hoy le abren las puertas a esos abismos dándoles carta social con tinte moralista al legalizar matrimonios entre homosexuales, asesinatos prenatales (que es el aborto) y prostitución masiva (con la difusión de los anticonceptivos).  
         
La educación sexual no existía y aún hoy es difícil hacer notar en nuestros países latinos elerror que representa marginar los problemas de educación sexual. Generalmente se supone que el médico es la mayor autoridad en los asuntos relativos al sexo, porque se ha dedicado al estudio físico del cuerpo humano; pero como la sexualidad abarca esferas de influencias diferentes a las meramente físicas, es obvio que la ciencia médica solo podrá hablar con propiedad sobre el aspecto físico del sexo en un campo muy limitado, el de la salud e higiene sexual. Pero los demás aspectos del sexo están completamente fuera del campo de la opinión médica.  
         
Como resultado de esta creciente conciencia de los aspectos inmateriales del sexo, las investigaciones sociológicas y psicológicas han sacado el tema del sexo al descampado, donde se discute pública y libremente.  
         
El problema que esto ha originado es que los sistemas de comunicación han creado un alud de literatura sobre sexualidad, la cual casi siempre tiene la intención no de educar, sino solamente lucrarse de la pornografía que se incluye con el pretexto de educar sexualmente. Y así ha surgido esta nefasta eclosión de barbarie sexual (homosexualismos, incestos, violaciones, etc.), que ha conducido al extremo opuesto del puritanismo, en aras de una falsa "liberación sexual": se ha caído de la libertad hacia el libertinaje, de la educación sexual a la pornografía, del interés científico al interés morboso; y este camino puede conducir al ser humano a los más denigrantes estados de bestialidad, pues de la importancia del impacto del sexo sobre la masa, tantos siglos reprimida por educadores obscurantistas, son buenos conocedores los que controlan la publicidad y los medios de comunicación social.  
         
Nuestra sociedad que erotiza, los anuncios no se conciben sin una alusión al sexo, y las revistas, películas y libros lo convierten en uno de los temas preferidos. Las juventudes necesitan el auxilio inmediato de una correcta educación sexual, para evitar que sean educados a la sombra de la impudicia por los malandrines del libertinaje sexual, y no la reciben.  
         
Es por ello una responsabilidad moral y un deber ineludible de los educadores y padres de familia hacerse a una correcta educación sexual que los capacite para orientarse no solamente ellos, sino para enfrentarse también a la educación de sus hijos y educandos, porque es realmente triste que los padres, educadores, y orientadores de esta civilización no sepan responder sino con evasivas y falsías, cuando no con la férula prohibitiva, cada vez que los jóvenes indagan acerca de la vida sexual.

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